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Mensaje por angelescool Jue Mayo 12, 2011 4:58 pm

"Un encuentro inédito entre dos personas marcaría el inicio de una nueva historia, ya que el destino... o mejor dicho "lo inevitable" se vuelve insierto a cada momento, y nunca se sabe el porque se llegó hasta ello..."

Demian, un chico que ha sufrido mucho solo por el hecho de ser un vampiro, en una sociedad donde son fielmente temidos; empezará a entender lo que "inevitable" quiere decir... ya que con solo tropezar con una persona en la calle, por "casualidad", puede llegar a ocurrir un sin fin de cosas, cosas, que sin comprenderlas muy bien, le iran cambiando la vida poco a poco... incluso hasta más de lo pudiese imaginar.

Una historia, un encuentro, una disculpa, una gran perdida del pasado, secretos que no quieren ser develados, o aquellos que nadie quiere develar, dolor, celos, amigos, y otros más como "enemigos", lleno de amores y desamores... ¿que es lo que pasará cuando todas estas "cosas" den rienda suelta a un sin fin de emociones, que solo el valiente corazón de un vampiro pueda descifrar?, dejando de lado una vida y un anhelo...
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¿Qué Eliges? Empty Capítulo 1... "El Encuentro."

Mensaje por angelescool Jue Mayo 12, 2011 5:00 pm

Capítulo 1… “El Encuentro.”

Nuestra historia comienza con un joven vampiro de 18 años, cabellos plateados como la luna, con unos ojos que solo se podrían comparar con el mismísimo cielo, y una tez nívea que le hacía resaltar. Este se encontraba de lo más normal caminando por el parque leyendo un libro, sin ninguna importancia, y ajeno, a lo que pronto pasaría; lo que en fracciones de segundo cambiaría su vida. Él iba tan concentrado en su lectura que no noto que se acercaba un chico hacia él a toda velocidad, y para cuando lo notó, yo no había vuelta atrás, y aunque trató de esquivarlo irremediablemente no pudo y terminó chocando con este; acá, es donde comienza nuestra historia…

-¡Itte!- se quejaba el peli-plata tirado en el piso.
-Waa… Gomene… ¿te encuentras bien?- preguntaba el otro chico.
-Ha-hai- respondió el ojiazul un poco adolorido por la caída levantando la mirada, a lo cual se encuentra con un joven de cabellos negros como la noche y unos ojos de un color violáceo intenso que inspiraban tranquilidad, y que a la vez eran muy enigmáticos.
-Ven… te ayudo a levantarte- le extendió la mano al chico, el que la cogió.
-Arigatou- dice el peli-plata levantándose del suelo con la ayuda del albino.
-Disculpa que te tirase al piso, no me di cuenta de por dónde iba- se disculpaba el moreno muy apenado.
-No te preocupes, a todo esto la culpa es mía por no fijarme de lo que está a mí alrededor- recogió el libro que llevaba en las manos, que había quedado tirado en el suelo, lo limpió un poco y lo dejó cerrado.
-¿Y qué leías?- preguntó interesado. –bueno, eso sí se puede saber- preguntaba tratando de leer el nombre del libro.
-¡Ah! ¿Esto?- mostrándole el libro que traía -Es una novela…- dijo sin darle mucha importancia. -Romeo y Julieta, de William Shakespear.
-oh… soka, soka…-
-¿Y a ti que te pasa? ¿Por qué venias corriendo?- pregunto muy interesado aunque tratando de disimularlo.
-Lo que pasa es que…- No termino de hablar, ya que sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.
-¡¡Onii-chan!!- Gritaba una muchacha peli negro, ojos de igual color y tés blanca.
-….
-¡Onii-chan! Al fin te encontré- dijo un poco jadeante una vez que llegó con el chico. -¿Por qué saliste corriendo de esa manera?- preguntó un poco molesta -Jessica se debió de haber quedado muy molesta contigo- le decía, mientras le comenzaba a jalar por el brazo.
-Riuyu… ¡suéltame! ¡No quiero estar allá y no puedes obligarme!- decía tratando de zafarse del agarre de su hermana.
-Con que eso dices ¿ah?- dijo en forma de reto soltando al moreno del agarre. -¿Apostamos?- se cruzó de brazos, mientras le enarcaba una ceja y le retaba con la mirada.
-He…. Etto… ya voy… pero quita esa cara que das miedo- dijo con una gota de sudor en su cabeza.
-¡Entonces vámonos! Que Jessica de seguro nos está esperando- agarró a su hermano por la mano, y se lo llevó arrastrado, dejando a un peli-plata muy confundido y algo desorientado.
-¡Me llamo Key!- le grito a la distancia, antes de que saliera por completo del rango de vista del ojiazul. Y al escuchar esto el peli-plata que se había dado la vuelta para marcharse voltea nuevamente para responderle, pero ya no había nadie.
-Con que se llama Key ¿eh? que joven tan guapo.- se decía recordando esos hermosos ojos violetas que le habían hipnotizado. –epa que pa… ¿en qué se supone que estoy pensando?- sacudió la cabeza en forma de negación para librarse así de esa idea. -creo que el golpe me dejo aturdido- diciendo esto se dirigió camino a su casa.


Mientras tanto en otro lugar.


-¡Riuyu suéltame! Ya estoy bastante grandecito para que me estés agarrando de la mano- se soltó del agarre de su hermana.
-Onii-chan, dime la verdad- se detuvo y se colocó delante de su hermano. -¿Por qué saliste corriendo?- preguntaba la chica mirando directamente a los ojos del moreno.
-…- esquivando la mirada y respirando hondo. –uff… Te lo digo después- dijo con algo de fastidio.
-¡Onii-chan!- puso un puchero. -siempre me dices lo mismo y nunca me dices nada- decía un poco molesta.
-Te prometo que te lo voy a decir, pero ahorita no tengo muchas ganas de estar contado eso-
-¿Me lo prometes?- levantando el meñique, a lo cual el moreno lo entendió haciendo lo mismo y entrecruzando sus meñiques haciendo una promesa.
-Te lo prometo, ahora mejor empecemos a caminar antes de que se preocupen y nos manden a buscar- y llegando a un semáforo la pelinegra le pregunta a su hermano.
-¿Key?
-Dime.
-¿Quién era ese joven tan puesto que estaba hablando contigo?- pregunto guiñándole un ojo y golpeándolo con el codo.
-No lo sé.
-¿Como que no lo sabes?- levantó la voz con sorpresa. -si se veían de lo más contentos cuando yo los encontré.
-No lo se… porque llego una chiquilla metiche a empezar a jalonearme y no me dejo tiempo de preguntarle- dijo mirando a su hermana.
-Uupss…- desviándole la mirada al moreno
-Me gustaría haber sabido cómo se llamaba- dijo por lo bajo recordando esos ojos azules y eso pelo plateado revuelto, cayéndole unos mechones en la cara. -que joven mas mono- (A/C: a mi parecer… demasiado sexy… -mordiéndose al labio inferior-) dijo en un susurro casi imperceptible pero que su hermana escucho.
-¿Te gusta?- pregunto en un tono igual de bajo.
-Si- respondió en un suspiro sin fijarse en lo que decía.
-Yeah! lo sabía, a ti te gustan los hombres- dijo esto mirando al moreno con una mirada de satisfacción, logrando sacar al moreno de sus pensamientos por el grito que había pegado
-Q…. ¿Q-qué… Fue lo que dijiste Riu…yu?- decía tartamudeando, mientras sus mejillas tomaban un color rojizo.
-Lo que oíste onii-chan, que te gustan los hmnorbn- no terminó muy bien la frase ya que su hermano le había tapado la boca.
-¡Cállate! Que la gente nos está mirando raro- decía mientras le quitaba las manos de la boca a su hermana
-…- Bajando la voz. -Pero no me lo negaste, lo que quiere decir que tengo razón.
-…- Poniéndose colorado y bajando la cabeza. -urusay… mejor vámonos a casa de una buena vez- agarró a su hermana por el brazo y comenzaron a caminar. La pelinegro iba caminando con una mirada de superioridad y aireada, al darse cuanta de que lo que ella sabía de su hermano era todo verdad y no solo suposiciones locas de su retorcida mente de fujoshi.

Se detuvieron en frente de una gran casa blanca con arboleda, construida a la época del siglo XV en Inglaterra, en donde se encontraba una gran limosina color negra estacionada frente a la mansión. Al ellos entrar a la casa una chica pelirrosa con unos ojos verdes se le lanza encima al albino.

-¡Key! ¡Mi amor!- decía guindada del cuello del chico
-…-
-Nee… ¿Por saliste corriendo así cuando me viste?- dijo un poco triste poniendo un puchero y abrazándole más fuerte por el cuello.
-…- Quitándosela de encima. -…Gomen, gomen… no era por ti, era solo que quería tomar un poco de aire fresco y por eso fui a dar una vuelta- le explicó.
-…- La pelinegro miraba a su hermano no muy convencida y su mirada solo expresaba una cosa: “eres un mentiroso”.


*-_._-*-_FLAHS BACK_-*-_._-*


Unos minutos atrás en el jardín de la casa, que estaba lleno de rosales y varios árboles de flores y enredaderas cubriendo las paredes de esta, con una árbol de Sakura’s en todo el medio.

-Onii-chan- le llamaba -¿Qué haces aquí afuera tan solo?- se le acercó a un lado del chico que estaba sentado en el piso.
-Nada, solo quería pasar un rato contemplando las rosas- dijo sin darle mucha importancia.
-Onii-chan- dijo esto en un suspiro. -¿qué voy a hacer contigo?- dijo soltando una leve risita a lo que su hermano hizo lo mismo.
-Las flores que más me gustan son las de halla- decía señalando hacia un pequeño arbusto de rosas rojas cerca de la entrada y en lo que hizo esto vio una gran limosina negra que conocía a la perfección, acercarse quedando paralizado.
-Onii-chan mira- exclamo la chica señalando la limosina que se iba acercando. -ahí viene la limosina de Jessica- pero no muy bien termino de decir estas palabras y ya su hermano se había levantado empezando a correr a toda velocidad a lo cual a la pelinegro no le quedo de otra que seguirle.


*-_._-*-_FIN FLAHS BACK_-*-_._-*


-…- Quitándosela de encima. -…Gomen, gomen… no era por ti, era solo que quería tomar un poco de aire fresco y por eso fui a dar una vuelta- le explicó.
-…- La pelinegro miraba a su hermano no muy convencida y su mirada solo expresaba una cosa: “eres un mentiroso”.
-Bueno muchachos, mejor sentémonos a comer el almuerzo ya está listo- decía una señora mayor muy parecida a Key, con los ojos del mismo color.

Mientras tanto en un lugar muy lejos de esa casa, dentro de un departamento no muy lujoso pero si muy acogedor se encontraba cierta peli-plata.

-…- Acostado en el sofá murmurando. -….¿Qué rayos me pasa?- se preguntaba a sí mismo. -¿por qué no me lo puedo sacar de la cabeza?- dijo llevándose las manos a la cabeza y tirando levemente de su pelo recordando a ese chico con el que había tropezado temprano.
-Jajajaja… Demi-Chan pareces una colegiala enamorada- decía una vos burlona desde el comedor.
-Teme- dijo con unas venitas en la cabeza. -¿cuántas veces te he dicho que no me llames así?- dijo un poco cabreado. -Mí nombre es Demian… ¡DEMIAN!- Dijo esto último levantando un poco la voz y viéndolo con agresividad.
-…- Con una gotosa en la cabeza. -Está bien, está bien, te llamare Dem- dijo con una sonrisa burlona. –Demian, Demian…. Te llamare Demian- Corrigió al ver al ojiazul poner una cara de asesino.
-Así está mejor- dijo con una sonrisa de superioridad.
-Yo hago lo que sea por ti- le dijo guiñándole un ojo y lanzándole un beso con la mano, cosa que el ojiazul no tomó de muy buenas maneras y se fue a su cuarto, azotando la puerta luego de entrar.
-¡Uupss!… jeje… parece que esta vez si se molesto…. Jajajajaja…- La diversión le duro muy poco ya que luego de unos minutos escucho que lo llamaban de una manera muy poco apasible.
-…¡RITSUKA!… ¡TEME!... ¡VEN ACA EN ESTE PRESISO MOMENTO!- le llamaba a gritos haciendo que al Ritsuka escuchar eso trago saliva y se dirigiera con paso nervioso hasta la habitación del chico.
-¿S-si?- dijo abriendo la puerta poco a poco y quedándose detrás de esta para así poder evitar cualquier cosa que el ojiazul pudiese lanzarle. -Q… ¿Q-qué… pa-pasa Demian?- tartamudeaba mucho debido a los nervios ya que sabía que cuando el ojiazul se enfadaba de verdad era muy peligroso para la salud de cualquiera que se metiese en su camino, y por eso no quería ser el que se metiera en ese “camino”.
-¿¡DÓNDE RAYOS DEJASTES TIRADA MÍ GUITARRA!?- preguntaba cabreado.
-…- frunció un poco el ceño por esa pregunta tan ¿irracional? ¿Boba?, abriendo así la puerta de un solo golpe, mirándolo al chico con una ceja enarcada. -Si serás…- fue lo primero que dijo adentrándose a la habitación. -¡baka! la tienes enfrente de tus narices-dijo señalando dentro del armario que tenia la puerta medio abierta pero todavía se podía ver el contenido en su interior. -¿acaso estas ciego?- dijo dando media vuelta y yéndose de regreso a la cocina.

Al rato.

-¡Demian!- le llamaba. -ven a comer que ya el almuerzo está listo- dijo colocando los platos en la mesa.
-Ritsuka-chan- se le acercó. -…perdóname por lo de hace rato, lo que pasa es que….- no hallaba como expresarse.
-…uff…- suspiró resignado, la verdad no podía estar molesto con ese niño por mucho tiempo. –Sí, lo sé, esa guitarra es algo muy importante para ti- le dijo revolviéndole los cabellos.
- Arigatou- dice esto mientras sus mejillas toman un ligero sonrojo.
-¡Hay dios!- exclamó. -Que monos son los niños cuando piden disculpas- dijo con sorna pellizcando una de las mejillas del ojiazul.
-¡Suéltame!- se quejó quitando la mano del moreno con un manotazo. -No me toques…- el mayor puso dos grandes lágrimas de cocodrilos y el menor solo rodeó los ojos. -…y de paso ¿quién te crees que eres para llamarme niño?- dijo molesto cruzándose de brazos.
-Yo soy un adulto.- decía con aires de superioridad y grandeza.
-ha… No me hagas reír, serás solo un adulto en edad- dijo esbozando una sonrisa de medio lado. -porque que yo sepa, tú, siendo una persona de 25 años de edad te sigues comportando como un adolescente de 15… jajajajaja- se empezó a reír a carcajadas.
-¡OH!… Mira quién habla, el señor madures- hablaba para defenderse ya que le picó un poco lo que dijo el menor. -que se la pasa todas las noches llorando cuando nadie lo….- se cayó de repente, ya que sabía que esta vez si se había pasado de la raya con lo que le dijo- Go-gomen Dem-chan- se disculpaba. -No fue mi intención decir eso- le dijo arrepentido mirándole la cara al ojiazul esperando cualquier reacción.
-No te preocupes por eso- le aclaró. –además, tienes razón- dijo con tristeza bajando la mirada haciendo que al mayor se le partiera el corazón ya que sabía lo mal que se ponía el peli-plata con ese tema. –yo…- hizo una pequeña pausa. -…me las doy del maduro, pero en realidad soy un crío que nadie quiere. -dijo esto último soltando una pequeña lágrima que resbalaba solitaria por su mejilla, y a lo que Ritsuka lo notó, se levanta de su silla y se acerca al menor para poder abrazarlo fuertemente tratando de calmarle.
-No digas esas cosas por favor, sabes que se me parte el corazón cada vez que dices algo como eso-
-…- no le levantaba a ver.
-No todos te odian como tú crees. -dijo esto con una voz dulce que hizo que el menor levantara la cara y soltara una leve sonrisa. -…umm… pensándolo bien…- se hizo el pensativo. –si- dijo seco. -todo el mundo te odia- dijo con una voz sarcástica haciendo que el menor volviera a bajar la mirada, de verdad eso era lo que menos quería escuchar, y mucho menos de él.
-Yo…- trató de levantarse, pero fue detenido.
-Oi… no te pongas así, solo lo dije en broma- dijo levantándole la cara al menor por la barbilla ya que este la había vuelto a bajar.
-….- se le quedó mirando a esos ojos verdes que siempre le calmaban.
-Y se que me pasé con eso, así que lo siento.- dijo quedando peligrosamente cerca de la cara del chico. -…Bueno- dijo acercándose más a la cara del ojiazul a tal punto de que sus labios casi rozaban y sus respiraciones se entremezclaban pareciendo una sola. -Por lo menos yo no lo hago.- diciendo esto desvío un poco la cara para darle un dulce beso en la mejilla rozando accidentalmente los labios del menor, que solo se puso rojo por este contacto. –jeje…- rió divertido al ver la cara del menor, para luego volverse a sentar. -bueno mejor empezamos a comer antes de que se enfríe la comida- le dijo con una sonrisa cálida.
-…- se secó las lágrimas con la manga de la camisa. –hai-
-Itadakimasu- sonó al unísono.
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¿Qué Eliges? Empty Capítulo 2... ¿Se conocen? "Recuerdos que trato de olvidar."

Mensaje por angelescool Jue Mayo 12, 2011 5:02 pm

Capítulo 2… ¿Se conocen? “Recuerdos que trato de olvidar”.

Luego que terminaron de comer, se pusieron a lavar los platos entre los dos, Ritsuka le comentó a Demian que el doctor encargado de su caso le había reservado una cita para esa tarde, ya que supuestamente tenía algo que le pudiera ayudar con su problemita.

Mientras tanto en la casa de cierto albino de ojos violetas, se encontraban todos sentados en la sala. Jessica, Key y Riuyu, se encontraban sentados en el sillón más grande, mientras que los padres de estos dos últimos, estaban sentados en unos sillones más pequeños ubicados al los costados del más grande.

-Oto-san, ¿Cómo vas con el caso del vampiro aquel?- pregunta interesado recordando la historia que le había contado su padre sobre un vampiro que era hijo de una vampiriza pura sangre y de un “humano”-
-Bueno, hoy por cierto tengo una cita con él en el hospital, pero creo que he avanzado mucho- dijo esto muy seguro de sí mismo. -he creado unas pastillas para ayudarlo con su problema de mareos y cansancio al no poder beber sangre- (A/C: por cierto, el se refiera a que no tiene la libertar de beber sangre cuando quiera, no a que de verdad no soporte la sangre u.uU)
-Pobre chico, siento un poco de lástima por él- dijo esto con una voz melancólica. -En un mundo como este, no creo que pueda sobrevivir, ya que cada vez más se van difundiendo esos estúpidos rumores de que los vampiros somos unas bestias sin corazón y se les tache de monstro.- dijo apretando muy fuerte los puño al decir esto último.
-¡Myaaaa!- grito una chica pelirrosa aforrándose al brazo del moreno. -Que maduro eres Key-chan- dijo con corazoncitos en los ojos. -Por eso estoy tan enamorada de ti- dijo alegre.
-Suéltame- dijo seco y un poco enfadado asustando a la chica que inmediatamente lo soltó. -me retiro a mi habitación- se levantó. -con su permiso- haciendo una leve reverencia con la cabeza.
-Key- le llamó su padre cuando este ya iba subiendo las escaleras, haciendo que se detuviera y le volteara a ver. -¿vienes conmigo al hospital hoy?- preguntó. -Se que te gusta jugar con los niños que están en terapia- le dijo con una pequeña sonrisa.
-Hai.- dijo sonriendo levemente. -esos niños son un amor, me ponen muy contento.-
-Bueno, entonces apúrate y ve a cambiarte, que ya me tengo que ir al hospital.-
-Como tu digas Oto-san- dijo subiendo las escaleras hasta llegar a su habitación.

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-Key, baja rápido ya tenemos que irnos- decía un poco molesto ya que este todavía no bajaba.
-Si, ya voy- decía mientras venia bajando las escaleras acomodándose la polera negra manga corta ajustada que hacia resaltar su físico en muy buen estado; traía unos jeens blancos y unas deportivas negras. -ya estoy listo- dijo llegó una vez con su padre. -¡Vámonos!-
-Adiós oto-san- dijo dándole un abrazo y un beso en la mejilla. -adiós Onii-chan- dijo despidiéndose de igual manera.
-Estaremos de vuelta en unas horas- le dijo saliendo de la casa seguido por los dos menores. -me despides de tu madre- decía el padre subiéndose a un mercedes Benz negro que estaba estacionado en el frente de igual manera que el albino.

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-Buenas tardes, Dr. Yamato- saludó muy alegre la recepcionista con una sonrisa en el rostro.
-Buenas tardes Miyoshi- saludó devolviéndole la sonrisa.
-Buenas tardes Key-kun- saludó cuando este le pasó por el frente.
-Igualmente Miyoshi-san- dijo con una sonrisa.
-Por cierto Doctor- llamó su atención. -El paciente de las cinco ya llego. Debe de estarle esperando en su consultorio-
-Arigatou por decirme, nos vemos luego- dijo despidiéndose de la recepcionista camino a su consultorio. Por el pasillo. –Key, si quieres te presento al joven- le dijo. -Estoy muy seguro que tú y él serian buenos amigos-
-OK.... me parece bien.- dijo esbozando una sonrisa de medio lado.

Cuando llegaron al consultorio, el primero que entró fue Yamato, mientras el albino se quedaba afuera esperando a que su padre le dijera que pudiese pasar, y cuando su padre abrió la puerta se pudo ver dentro del consultorio cierto joven con cabellos de una tonalidad plateada.

-Buenas tardes Demian-kun- le saludó. -qué bueno que pudiste venir- dijo esbozando una sonrisa amigable.
-Que más me queda- fue su fría respuesta con algo de sarcasmo, enarcándole una ceja y encogiéndose de hombros. –hmp- le devolvió la sonrisa.
-jaja… bueno, antes de comenzar, quiero presentarte a mi hijo- le dijo y el chico ladeo un poco la cabeza.

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-¿Será él?… ¿será aquel chico de esta mañana?- se preguntaba algo intrigado por saberlo.

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-Pasa Key- pidió el mayor.
-¿Key?- se preguntó en un susurro inaudible al escuchar ese nombre. -////no, no puede ser el mismo Key, sería demasiada coincidencia, es una locura////- negaba con la cabeza tratando de sacar esos “absurdos” pensamientos de su cabeza, para luego levantar la mirada y enfocarla en la persona que acababa de entrar. -¿¡Tú!? ¿¡Eres un vampiro!?- preguntaron al unísono ambos jóvenes por ese “tremenda casualidad”, para después soltar unas risillas
-¿Are? ¿Acaso ustedes se conocían?- preguntó desconcertado. -¿desde cuándo?- preguntaba confundido.
-Nos conocimos esta mañana- explicó el albino. -pero no sabía su nombre- decía acercándose al ojiazul y extendiéndole la mano. –es un gusto conocerte Demian- dijo con una pequeña sonrisa.
-El gusto es todo mío- dijo estrechando la mano del albino.
-….- les miró todavía desconcertado por unos minutos, en especial, ya que esos dos no paraban de mirarse fijamente. -….Bueno… dejemos el encuentro para otro momento ¿si?-
-…Hai- dijo con algo de pesadez el peli-plata volteando a ver al mayor.
-…Bueno, yo mejor me voy. Así ustedes pueden hablar tranquilamente- dijo el albino saliendo del consultorio. -hablamos después Demian-chan- dijo de manera picarona guiñándole el ojo.
-Ha-hai- decía el ojiazul un tanto ruborizado, lo que no pasó desapercibido para el mayor, el que se hizo el que no vio nada. Y cuando el albino salió…
-Bueno Dem-kun, te hice venir hasta acá para poder hablar contigo de algo que te podría a ayudar muchísimo- decía serio.
-Si, si, ya déjese de rodeos y vaya directo al grano.- la verdad no le gustaba cuando la gente daba muchos rodeos para decir algo, el prefería ser más directo.
-Esta bien- dijo al ver la impaciencia que el chico trataba de ocultar. -la cuestión es que estuve haciendo unos estudios acerca de tu caso y cree estas pastillas- dijo sacando una cajita de su escritorio y mostrándosela. -que son un complejo vitamínico especial que te ayudara con tu necesidad y ansias de beber sangre- le explicaba.
-¿Ah sí? ¿y como se supone que funciona?- preguntó algo intrigado.
-Te lo explico- dijo agarrando un vaso de agua que tenia a la mano y soltando dos tabletas en el agua, la cual se volvió rojiza. –solo dejas que las pastillas se disuelvan por completo y te lo tomas, te recomendaría que lo bebieras una vez al día… bueno, ahora pruébalo- le dijo pasándole el vaso para que se lo bebiese.
-…- Tomando un sorbo. -No…- saboreó bien la bebida ya que al principio sabía un poco extraña -sabe tan mal- fue lo que dijo para luego terminarse todo el vaso.
-Que bueno que lo toleres- dijo aliviado. -Aún tenía mis dudas sobre si lo tolerarías o no, ya que es algo nuevo no sabía exactamente como sería cuando lo bebieras-
-….-
-De todas formas voy a tener que pedirte que vengas dentro de dos días para verificar como a sido tu avance.-
-….-
-Pero de verdad espero que te sea de mucha ayuda, para así lograr prevenir lo de la otra vez-
-…Hai…- dijo bajando la mirada ya que los ojos se le humedecieron un poco y los labios le temblaron un poco al recordar lo ocurrido.


*-_._-*-_FLAHS BACK_-*-_._-*


Todo había ocurrido hace unos 10 meses más o menos. Era una tranquila noche como cualquiera, y Ritsuka acababa de llegar del trabajo un poco tarde…

-Dios, se me hizo tarde- decía abriendo la puerta y prendiendo las luces del departamento. –Tadai- no termino de hablar, ya que vio a su amigo tirado en el piso retorciéndose del dolor, con las manos e la cabeza. -¡¡Dem!! ¿¡qué te pasa!?- preguntaba alterado acercándose a toda prisa hasta el cuerpo del menor. ¿¡Qué tienes!?- dijo arrodillándose a un lado del ojiazul.
-…..- no respondía, su cuerpo dejaba de temblar poco a poco.
-¡¡Dem!!- gritó un poco al no recibir respuesta.
-Nada- dijo serio, dejando de retorcerse por completo y luego empezar a reírse algo sarcástico confundiendo al mayor, y poniéndose de pie quedando de espaldas a Ritsuka.
-¿Dem? ¿Qué tienes?- también se levantó. -no me asustes- dijo algo preocupado, ya que el ojiazul no se comportaba para nada bien. -¿qué es lo que te sucede?- Preguntaba muy confundido.
-Ya te dije que nada- decía con ironía. -solo que…- se dio la vuelta para quedar frente a frente con Ritsuka que tenía una mirada preocupada en su rosto.
-¿Dem?- preguntó ya que los ojos de este habían cambiado su tonalidad azul, y se habían vuelto de un rojo intenso, sus pupilas estaban totalmente dilatadas y sus colmillos sobresalían de sus labios.
-….- sonrió con malicia acercándose al mayor que solo retrocedía un poco ya que sabía el porqué de esa mirada y sonrisa maquiavélica. -No te preocupes, esto no te dolerá mucho- dijo acercándose cada vez más a Ritsuka mientras este todavía retrocedía, hasta que quedó acorralado entre Dem y la pared.
-No me hagas nada por favor- pedía muy nervioso. –vamos…- tragó un poco de saliva, para tratar de disolver el nudo en su garganta. –vamos a llamar al doctor, de seguro que él sabrá que hacer- decía tratando de escabullirse del menor.
-Tú no vas a hacer nada- habló con prepotencia. -nadie puede hacer nada por mí- dijo lamiendo el cuello de su amigo.
-Ahh- no pudo evitar soltar un quejido al sentir como los colmillos de su amigo se clavaban fuertemente en su cuello.

El ojiazul succionaba tanta sangre que los movimientos, junto a los signos vitales de Ritsuka iban decayendo muy a prisa, al sentir esto Dem logra reaccionar, tratando con desesperación de frenar sus instintos y sacar sus colmillos del cuello de Ritsuka, pero simplemente no podía, su instinto y su organismo dictaba por más, más sangre; y cuando estaba a punto de ser vencido por ese “instinto animal” que dominaba cada célula de su ser, unas leves y casi inaudibles palabras atravesaron sus oídos…

-Yo…- posó como pudo su mano en la cabeza del menor que sintió ese tacto que casi desvanecía. –no… te preocupes por… nada… este… no eres tú…- y diciendo esto terminó cayendo desmallado en los brazos del ojiazul, y gracias a esas palabras su cuerpo se “libero” y pudo soltar el cuello de Ritsuka, que ya casi no tenía signos vitales.
-¡No! ¿qué he hecho?- decía abrazando fuertemente al oji-verde. –no… esto no puede estar pasando- decía en un sollozo. -No quiero volver a quedarme solo… No, no de nuevo- dijo soltando unas lágrimas, para luego soltar a Ritsuka e ir corriendo hasta el teléfono.
-“Mochi, mochi”- se escuchaba del otro lado del teléfono.
-Doctor soy yo, Demian, necesito su ayuda por favor, es una emergencia- decía todo alterado entre sollozos
-“¿Demian qué te pasa? ¿Por qué estas tan alterado?”-
-Yamato-san… por favor… Necesito que venga rápido a mí casa… sniff… y que traiga consigo a una ambulancia… no pregunte el por qué… solo tráigala por favor- decía prácticamente entrando en llanto.
-“OK… Ya voy para allá, solo trata de calmarte y mantén consiente a Ritsuka hasta que yo llegue”- y sin esperar alguna respuesta o algo por parte del chico colgó el teléfono.
-Kuso…- se maldijo para luego acercarse hasta el oji-verde y lamer la sangre que todavía sobresalía de la herida y lamer la herida para que cicatrizase más rápido y dejara de perder sangre. -No me dejes solo por favor- se abrazó al mayor. -No quiero volver a estar solo- lloraba aferrándose con fuerza al mayor.

A los minutos llego el doctor con una ambulancia como se la había pedido el ojiazul. Metieron a Ritsuka a esta y se lo llevaron al hospital de emergencia, tratando de estabilizarlo en el camino ya que había perdido mucha sangre. Ya en el hospital, Ritsuka se encontraba en urgencias en estado crítico, y haciéndole transfusiones de sangre, mientras Dem se encontraba caminando de un lado a otro en la sala de espera rogando y pidiendo a todos los santos por que no le pasara nada a Ritsuka, hasta que salió el doctor.

-¿Y Ritsuka?- fue lo primero que preguntó al verle. -¿¡¡Como esta Ritsuka!!?- Preguntaba muy nervioso y alterado el ojiazul.
-…uff…- respiró hondo antes de responder ya que sabía lo cercanos que eran esos dos. -No tengo muy buenas noticias que digamos- decía el doctor con cara de pesar. -…pero no te alarmes tampoco, logramos estabilizarlo y ahorita le seguimos haciendo transfusiones de sangre, ya que había perdido mucha-
-Pero va a estar bien ¿verdad?- preguntaba ya un poco más calmado.
-Aunque no es mucha, hay una posibilidad de que se salve y no tenga ninguna secuela.- decía tranquilizando al menor. -Está muy delicado y tenemos que ver cómo pasa la noche solo para estar más seguros-
-…uff…- suspiró ya más aliviado. -pero lo bueno es que se puede salvar, con esa posibilidad así sea pequeña, voy a rezar para que todo salga bien-

A la mañana siguiente, se encontraba un desesperado ojiazul en la sala de espera, esperando noticias sobre Ritsuka.

-Konnichiwa Demian-kun- saluda el doctor. -¿pasaste todo la noche aquí?-
-Sí, no podía irme sabiendo en el estado en el que él se encontraba, pero dígame… ¿cómo se encuentra? ¿¡Está bien!?- preguntaba muy preocupado.
-Sí- dijo y el ojiazul pudo respirar a gusto. -Afortunadamente logro sobrevivir a la noche, pero su estado aun es delicado- le aclaró.
-¡Wakata! ¿Y cuándo puedo pasar a verlo?- preguntaba más animado.
-Ahorita está en observaciones, pero cuando lo pasen para una habitación podrás irlo a ver- le revolvía los cabellos al menor, que ya se encontraba de mejor ánimo. –Ven, te invito a desayunar, me imagino que no has comido nada ¿verdad?-
-Hai- decía siguiendo al doctor por el pasillos.

En horas de la tarde de ese mismo día, Demian se encontraba en la cafetería, esperando que le llegaran noticias de Ritsuka.

-Demian te tengo noticias- llegaba un agitado doctor a su lado. -Ritsuka salió de peligro, y ahorita lo están trasladando a su habitación, pero…- dijo esto último en un susurro que el menor no escucho
-¡Qué bien! ¡Quiero ir a verlo!- decía muy contento. -¿En qué habitación esta? quiero hablar con él- decía muy animado.
-Creo que eso ultimo no va a poder ser- decía mirando al menor seriamente haciendo que este se confundiera.
-¿Por qué?-
-Porque aunque haya salido de la zona de riesgo…- paró en seco respirando hondo.
-¿Qué pasó doctor?- preguntó con temor.
-Debido a toda esa pérdida de sangre que sufrió, Ritsuka-kun tuvo una secuela por haber quedado tanto tiempo con poca sangre en su cuerpo, y eso ha provocado que su reacción cerebral cesara cayendo así en coma…- explicó lo más claro posible y escogiendo las mejores palabras para no decírselo de un solo golpe.
-¿¡¡¡Qué!!!? ¡No! ¡Eso no puede ser!- decía con su voz temblorosa. -…¡¡esto tiene que ser una mentira!!- decía en un sollozo.
-….-
-…sniff… todo esto es por mí culpa…- se culpaba con los ojos llenos de lágrimas.
-…Ya…- le dijo abrazándole. -No te pongas así, de nada te sirve culparte en estos momentos, ahorita en lo que nos tenemos que concentrar es en que él se despierte.-
-…Sniff…- trataba de secar sus lágrimas que no dejaban de fluir.
-Y para eso necesita de todo tu apoyo ¿entendido?- dijo mirando al menor a la cara.
-…-
-Va a necesitar que estés acá con el apoyándole para que despierte-
-…sniff… Ha- hai…- se abrazó con fuerza el cuerpo del mayor. -…quiero ir a verlo… Quiero ver su cara…- le pidió.
-Claro, yo te acompaño- y así se fueron camino a la habitación 302 que era en la que se encontraba Ritsuka. -Aquí es, pasa- le dijo abriéndole la puerta.
-Hai- dijo por lo bajo entrando a la habitación.
-…Te dejare un momento a solas con él, tengo que ir a revisar unos papeles- le decía el mayor cerrando la puerta dejando a un pequeño ojiazul que se encontraba muy triste.
-Por favor despierta- pedía. -No me dejes solo- decía con unas lagrimas en los ojos y agarrando una de las manos del mayor y apretándola entre las suyas.


Un mes después Ritsuka despertó.


-¡¡Wakata!! ¡¡Al fin despertases!!- decía el pequeño ojiazul con lagrimas de felicidad en los ojos y aferrándose con mucha fuerza al cuerpo del mayor, que solo le correspondía al abrazo y le sonreía tiernamente.


*-_._-*-_FIN FLAHS BACK_-*-_._-*


-No te pongas así, de nada vale ponerse a pensar en lo que hubiese pasado en ese entonces de tu no haber reaccionado- le decía el mayor.
-Sí, tienes razón- decía ya más seguro, secándose las lágrimas que había resbalado por sus mejillas con la palma de su mano.
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¿Qué Eliges? Empty Capítulo 3... ¿Qué es lo que estoy sintiendo? ¿Acaso será amor?

Mensaje por angelescool Jue Mayo 12, 2011 5:04 pm

Capítulo 3… ¿Qué es lo que estoy sintiendo? ¿Acaso será amor?

En el pasillo cerca del consultorio.

-Si era él- decía mientras se sonrojaba al recordar una mirada azulina sobre él. -Le volví a ver, y resulto ser la persona que yo menos esperaba… jeje…- de repente se le acerca un grupo de niños.
-¡Onii-chan! ¡onii-chan viniste!- decían todos los niños a la vez.
-¡Claro! ¿Cómo no iba a venir si todos ustedes son mis hermanitos?- se agachó para quedar a la altura de los niños y así poderlos abrazar con mucho cariño.
-¡Niños!, ¡niños!- les llamaba. -¡Vengan acá!, Dejen a Key-kun respirar- decía una muchacha de no más de 17 años, pelo rojo, ojos de color ámbar y tés blanca.
-¡Rika!- dice muy sorprendido el albino. -¿desde cuándo estás aquí? ¿por qué no me lo habías dicho?-
-….- con una voz sarcástica y enarcándole una ceja. -Yo esperaba un… ¿como estas Rika-chan? O un… ¿cómo has estado en todo este tiempo?... Qué bueno volver a verte, pero eso sería mucho pedir ¿no? Hmp, ya veo que nunca vas a cambiar- se hizo la ofendida y puso un puchero mientras se cruzaba de brazos.
-… jaja…- se acercó a darle un gran abrazo a la pelirroja. -¿Cómo crees? Ven acá- le dijo dándole un tierno beso en la mejilla.
-…Te extrañe mucho onii-chan- dijo apretando al chico muy fuertemente y dándole un beso en la mejilla.
-Yo también te extrañe mucho- decía sin soltarle. -La última vez que te vi tenias unos 12 años, y siempre andabas con unas coletas a cada lado de tu cabeza- decía burlón.
-¡Onii-chan!- se quejó. -No me recuerdes esas cosas- dijo poniéndose un poco sonrojada.
-¿Y? ¿cuándo vas a ir a la casa? Okaa-san de seguro quiere verte- le dijo mirándole a los ojos.
-Tal vez vaya el fin de semana que viene, lo que pasa es que llegue hace poco de Inglaterra, y bueno, primero me estoy organizando. De paso de que ahora trabajo acá en el hospital cuidando a los niños- dijo en un suspiro. -como veras no me queda mucho tiempo-
-Si, si te entiendo, pero prométeme que vas el próximo fin de semana- le dijo mirándola con una tierna sonrisa.
-Sip, te lo prometo- le correspondió la sonrisa. –¡ioch!- dio un aplauso. -me retiro, tengo que llevar a estos niños a la cafetera para que cenen- dijo empezando a caminar. -hablamos luego- le dijo al albino. –niños- les llamó. -despídanse de Key-kun para irnos a la cafetería-
-¡¡Hai!!- dijeron todos. -Sayo onii-chan- decían los niños al unísono despidiéndose con las manos, haciendo que el albino esbozara una sonrisa.
-¡Sayo!- se despedía el albino. -mejor voy a ver si ya mi padre termino de hablar con…- sus mejillas tomaron un leve color rosado al recordar su nombre. -Demian-chan- y diciendo esto se encamino devuelta al consultorio


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-Bueno Demian-kun, ya sabes, cualquier cosa que necesites o si sientes algún malestar, no dudes en llamarme- le decía el mayor extendiéndole la mano.
-Hai… no se preocupe lo tendré presente- decía dirigiéndole una sonrisa amigable.
-Acuérdate que aunque tengas esas pastillas tienes que venir a chequeo dos veces a mes como mínimo- puso una mirada seria. -no creas que como te di las pastillas no vas a venir más-
-Si lo sé, no se preocupe, que si es por Ritsuka, me tiene todos los días acá.- dijo con una enorme gotera en la cabeza.
-Jajajaja- el mayor no pudo evitar reírse debido al comentario del menor.
-Jaja- el menor hizo una risa fingida. -…. No es broma, lo estoy diciendo enserio- dijo frunciendo el ceño.
-Si, si…. Jajaja… lo que tu digas Dem-kun, lo que tu digas… jaja- dijo esto último dirigiéndose hacia la puerta para abrírsela al menor, y cuando el menor salió del consultorio, choca con alguien que venía a paso veloz en la otro dirección, lo que hizo que ambos perdieran el equilibrio y cayeran al piso.
-Itte... te…- se quejaba con los ojos cerrados. –kuso…- dijo en voz baja. -ya es la segunda vez en el día que me tumban al piso.- se quejaba en un susurro por su mala suerte, pero en lo que abrió los ojos se encontró con aquella mirada violeta clavada sobre él desorientándolo por unos segundos como prendándose en ellos.
-Gomene- se disculpó avergonzado. -ya es la segunda vez en el día que te tiro al suelo en el día- decía el albino mirando a esos ojos del azul cielo que tenía en frente, ya que al chocar el albino había caído encima del chico, quedando en una posición muy comprometedora.
-Ano… podrías…- decía nervioso, ya que esos ojos no le quitaban la vista de encima y eso por alguna extraña razón le ponía nervioso. -Levantarte de encima, estas… un poco pesado-dijo desviándole la mirada.
-¿Are? ah OK…- al levantarse de encima del peli-plata le extiende la mano para ayudarle a levantarse, y en lo que este agarra su mano el pelinegro, de un solo jalón levanta al menor del suelo atrayéndolo hasta sí, quedando sus caras muy cerca una de la otra por el impulso, lo que hizo que Dem se pusiera muy rojo por la cercanía entre ellos.
-Etto…- era la única palabra que alcanzaba a articular el ojiazul por su nerviosismo, mientras trataba de separarse del albino, lo que le fue imposible, ya que el este en un movimiento rápido había pasado su brazo alrededor de la cintura del ojiazul, impidiéndole moverse.
-Eres tan lindo- decía el pelinegro acercando su cara cada vez más a la del contrario.
-Etto… suéltame por favor…- pedía un muy colorado ojiazul tratando de zafarse del agarre del albino.
-…- le miraba de arriba abajo, notando que el peli-plata cargaba un pantalón de jeens blanco a la cadera ajustando muy bien en sus partes, una camisa negra con los dos botones de arriba abiertos dejando ver parte de su formado pecho, unas deportivas negras y una chaqueta con el cierre abierto. -Eres demasiado lindo- y terminado de decir esto como si estuviese totalmente hipnotizado, cazó los labios del contrario empezando un tierno beso, al que el ojiazul se resistía un poco empujando al pelinegro.
-…- Zafándose del beso. -¡Por favor suéltame! No estoy jugando, alguien podría venir- decía tratando de zafarse del mayor empujándole.
-No te resistas- decía el albino como bajo un transe. -tú quieres esto tanto como yo- dijo volviendo a cazar lo labios del peli-plata y arrinconándolo contra la pared.

Key empezó a recorrer la espalda de Dem con sus manos llegando hasta su trasero apretándolo un poco haciendo que este soltase un pequeño gemido, permitiéndole así al albino introducir su lengua en esa pequeña cavidad, tan dulce y provocativa. Al ojiazul sentir este contacto fue dejando poco a poco de resistirse y empozó a corresponder al beso, pasando sus brazos alrededor del cuello de Key y comenzando una batalla entre lenguas por el control de la boca que al parecer no tenía fin.

Sus cuerpos empezaban a excitarse, y el pelinegro aprovecho que el otro estaba distraído y metió una de sus manos por el pantalón del chico tocando parte de su entrepierna, haciendo que este soltara un gemido audible que éxito aun mas al albino (A/C: si se supone que eso es un hospital ¿¡donde está la gente!? ¿Qué no hay nadie que interrumpa a esos dos?... Key: no te pongas celosa, que tú sabes que cuando quieras estoy disponible para ti…. A/C: no digas esas cosas… -poniéndose muy sonrojada- deja tu frenesí para Dem-chan, y nosotros mejor continuemos con la historia y disculpen nuestra interrupción.)

-////¿Qué me pasa? ¿por qué no puede ejercer ninguna resistencia?//// umnn- gemía un poco. -////Aguarda... ¿Qué es esto? ¿¡Me estoy dejando manosear de un hombre!? ¿¡¡Y lo estoy disfrutando!!? AH no… ¡Eso si que no!////- Y como pudo se zafó del agarre del pelinegro separándose de él y dándole una buena bofetada dejándole la mejilla roja. -¡Nunca más en tú vida vuelvas a ponerme un dedo encima, ¿Oíste cabrón?- dijo esto en un tono de voz entre enfadado y nervioso.
-…Pe-perdóname- fue lo que dijo al caer en cuenta de lo que había hecho. –n-no fue mi intención hacerte sentir incomodo- dijo esto con un tono de voz muy apenado.
-¡Eres un tarado!- diciendo esto se dio la vuelta para marcharse, pero antes de que lograra hacerlo el albino le agarró por el brazo.
-Onegai, no te vayas así, hablemos de esto- le pedía con tono suplicante.
-¿Hablar?- preguntó con sarcasmo. -Yo no tengo nada que hablar contigo- al decir esto se soltó del pelinegro y empezó a correr, perdiéndose a la distancia entre los pasillos del hospital.
-¡Kuso! ¡Soy un imbécil!- se maldecía a sí mismo muy enojado por lo que hizo. -¿cómo es posible que haya hecho eso?- dijo dándole un golpe a la pared con el puño. ¿qué rayos me paso? Yo nunca en mi vida había hecho eso ¿por qué carrizos no podía controlar mi cuerpo?- se preguntaba a si mismo muy confundido. -…hmp… ahora es muy posible que no vuelva a hablarme nunca más… tsk… ¡kuso!- se seguía maldiciendo, pero la verdad es que no se lo podía creer. –ha, y no lo culparía si no quiere hablarme, ¡soy un completo idiota!- dijo volviéndole a dar un golpe a la pared, pero esta vez tan fuerte, que sus nudillos empezaron a sangrar. –Itte…- se quejó abriendo y cerrando su mano ya que eso de verdad le había dolido y más con la sangre en su mano. –tks… mejor voy a que me curen esto antes de que despierte a todos los vampiros que se encuentran en este maldito hospital por el olor a sangre… kuso…- todavía seguía molesto consigo mismo.


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-…- Parándose en medio de la acera. -¿Qué me pasa? ¿Por qué siento un nudo en el corazón? ¿Por qué me duele tanto el pecho? ¿será que de verdad estoy…- hizo una pausa. -enamorado de- se tocaba los labios con la punta de los dedos al recordar el beso que se había dado con: -Key… kuso… que rabia… ¿por qué me tiene que pasar esto? Tsk… no entiendo nada…- decía empezando a caminar nuevamente rumbo a su departamento, donde de seguro le esperaría un sermón hospiciano por cierto oji-verde…


Una hora después el ojiazul ya había llegado a su departamento.


-Tadaima… ya estoy de vuelta- decía dejando sus cosas en el perchero. -¿Ritsuka? ¿estás en casa?- preguntaba viendo que el departamento estaba completamente a oscuras. ¿Are? ¿no está? Uh…- se encogió de hombros. –mejor para mí, así me evito el sermón que de seguro me tenía preparado… huh, ni modo- Deja las llaves en la mesita a un lado de la puerta y se dirige rumbo a su cuarto sin prender las luces siquiera, ya que la luna había salido completamente, y la luz de esta entraba por la ventana iluminado la habitación, pero no lo suficiente para percatarse de algo…
-¡¡Demi-chan!!- gritó una voz tras el chico crispándole los pelos. -¡Llegaste!- se le tiró encima guindándosele del cuello, haciendo que este pegara un brinco por el susto.
-¡Si serás teme!- dijo con unas venitas en la frente. -¿por qué me tienes que asustar de esa manera?, casi haces que me dé un infarto- dijo ya más calmado.
-unnñ… nee… Demi-chan… ¿por qué llegaste tan tarde?- le preguntaba olfateándole un poco sin que este se diera cuenta ya que olía a un perfume diferente al que llevaba el peli-plata.
-…ufff…- suspiró pesadamente quitándose de encima al mayor y dándose la vuelta para quedar de frete a él. -Lo que paso es que……… la consulta duro mucho más tiempo de lo que esperaba…. Sí, eso fue- decía con una voz nerviosa tratando más de convencerse a sí mismo que al mayor.
-…¿Uh?- se puso serio. -¿Seguro que es eso?- le enarcó una ceja y se cruzó de brazos.
-Hai… ¿Por?... ¿qué más podría ser?- dijo con una gota en la frente.
-Bueno, no sé, tal vez estabas con alguien- inquirió con voz muy seductora.
-Baka… ¿Qué es lo que insinúas?- le enarcó una ceja.
-No sé, yo no estoy insinuando nada, lo que pasa es que hueles diferente- le dijo oliéndole el cuerpo, en especial la parte del cuello.
-¿De qué hablas?- se sonrojó y desvió la mirada para que el mayor no se fuera a dar cuenta de cómo se había puesto su cara.
-Waaa…. Demi-chan, ¡Estuviste con alguien y no me lo quieres decir!- formaba un berrinche como niño chiquito, y el menor con tan solo escuchar estas palabras su cuerpo se paralizó.
-…¿Q-qué?- se puso totalmente rojo, desde las mejillas hasta las orejas. -¿Cómo dices? no e-eso no es… v-verdad- hablaba tartamudo por los nervios de que el oji-verde se diese cuenta de todo, cosa que hizo las cosas peor.
-¿Entonces por qué estas tartamudeando?- preguntó directo
-¿D-de qué hablas? ¿quién está tartamudeando?-
-Nyyaaaa… No te hagas el que no entiendes de lo que te estoy hablando, porque no te queda… Anda dime… ¿con quién fue?- decía divertido.
-Bueno… Era…-
-Vamos dime, no te quedes callado- seguía insistiendo cada vez más.
-…con…- la verdad no lo quería decir.
-¡Habla! ¿Cómo se llama la chica?- al escuchar esa palabras, es como si le hubiesen caído un balde de agua fría encima paralizándolo por completo.
-…////¿Cómo se supone que yo le diga que era con un hombre si yo siempre me he jactado delante de él de que soy hetero?….////- cada vez se sumergía más en sus pensamientos.
-Demi-chan, ¿estás ahí?- pasaba su mano frente a la cara del menor para ver si reaccionaba pero este todavía estaba ido.
-////¿Cómo puedo decirle a él, que yo Tasura Demian, me gustó que un hombre me tocara?////- El ojiazul seguía tan concentrado en sus pensamientos, que no notó cuando el mayor se acerco a su cara, lo suficientemente cerca para darle un beso en los labios. Al sentir este contacto salió rápidamente de sus pensamientos empujando al pobre chico, que por el envión que le dio el ojiazul quedo tirado en el piso. -¡Kisama!- decía muy enojado. -¿¡¡¡Por qué rayos hiciste eso!!!?- le gritaba limpiándose la boca con la manga de la chaqueta.
-Itteyo… waa Demi-chan, eso duele- se quejaba. -yo solo lo hice para sacarte de tus pensamientos, ya que tú andabas en otro mundo- se defendía poniendo un puchero infantil.
-Eso no te da el derecho de besar a la gente como a ti se te dé la regalada gana sin su permiso.-
-¿O sea que si te pido permiso puedo besarte?- preguntó burlón.
-Tsk… claro que no, no seas baka- le dijo frotándose las sienes. -...yo mejor me voy a mi cuarto, tengo sueño y no quiero seguir hablando con un baka como tú- le decía esto para luego dar la vuelta e irse a su habitación.
-Demi-chan- le llamó.
-¡Y no me llames así! Ya te lo he dicho mil y un veces, ¡Mi nombre es DEMIAN!- al terminar de decir esto se escucho como se cerró la puerta de un azote luego que el peli-plata entrara a su cuarto.
-….Hump…- solo veía la puerta del cuarto del menor con una sonrisa maliciosa en sus labios. -Está bien Dem, te hiciste el loco y no me dijiste nada de por qué llegaste con otro olor, pero de mañana no pasas, sea como sea averiguo quien fue esa persona que te dejo en las nubes… hmp…- y terminando de decir esto se fue a su cuarto a acostarse.
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