Historia de un país pobre

Pues nada. Éste es un one-shot (no habrá continuación) que se me ocurrió para una actividad de clase. Como dijeron que estaba bien hecha y que tenía un trasfondo interesante, lo subí aquí. Espero sus opiniones n.n


Ésta es una de esas raras noches que aquí, en la india, llueve. Sé lo que habrá mañana: nada. Toda esa agua se habrá secado con la venida del amanecer, y esta lluvia no durará mucho. Por ello, mi madre se encargó de poner palanganas de barro hechas por ella, para recoger el agua de lluvia, pero no será suficiente, y lo sabe.

Por ese motivo, ahora, en mitad de la noche, en medio de la lluvia, descalza y cargando todos los objetos posibles que puedan albergar algo de agua, me dirijo hacia el gran pozo, a unas horas de mi casa. Porque, probablemente, mañana estará tan abarrotado que no podré coger a penas un cubo.

A pesar del cansancio, no puedo rendirme. Ya veo el pozo.

Una vez llenos de agua todos los objetos, y alunos llenados con el agua de la lluvia que cayó sobre ellos en el camino, marché de nuevo a casa.

Los piés se me undían en el barro y se me clavaban piedras en los pies que me hacían heridas, sin embargo, ya estaba acostumbrada.

Cuando por fín llegué a casa, dejé la carga, la tapé y la dejé reposando para que el agua turbia se convirtiese en agua limpia, y los restos de arena se quedasen en el fondo de los cuencos. Hice otro tanto con las palanganas de fuera y puse otras. Aprobeché las pocas gotas que quedaban de lluvia para limpiar como pude mis heridas.

Ahora sí, me desplomé, agotada, sobre la paja bajo la manta que hacía de mi cama.

A las pocas horas me levanté. Realmente tenía mucho sueño, pero si no me levantaba con cada amanecer, no llegaría a tiempo al coleio, y es un pribilegio que solo se me permitía a mí, en mi familia. Con paso ligero y vivaz me puse en camino.

Una vez llegué a esa conocida casita de barro que hacía de colegio, entré rápidamente para coger un buen sitio, frente a una pequeña pizarra, en el suelo. A parte de la gente y las enseñanzas, me gustaba que allí, a media mañana, nos dan a todos los niños leche con galletas, que es más de lo que comemos en casa, a penas un mendrugo de pan.

Al terminar, volví a casa, a seguir con la rutina; ayudar en casa, limpiar, zurcir,... . Dicen que he de aprender para convertirme en una buena esposa. Pero algún día, iré mas allá del mar, a donde pueda vivir por mí misma, sin depender de nadie.